Atrévete a soñar

If you can dream about it, you can do it. - Walt Disney

lunes, 30 de julio de 2012

Capitulo 12

*Narra Clara*
Ese día, los ocho madrugamos más de lo normal, queríamos ver el amanecer otra vez y pasar la mañana en la playa, y así lo hicimos: nos preparamos rápidamente después de una tranquila noche, cogimos las sombrillas, neveras, toallas, etc. y salimos de casa dispuestos a pasalo en grande. En el camino íbamos hablando de tonterías sin parar de reírnos, la felicidad era casi palpable.
Cuando llegamos, lo colocamos todo y nos pusimos la crema antes de ir a bañarnos. Las horas se nos pasaron volando mientras jugábamos con la pelota de playa, nos hacíamos aguadillas, sáltabamos las olas, y de vez en cuando salíamos a comer y beber algo.
Alrededor de las doce, nosotras nos fuimos a las toallas a descansar un rato y aprovechamos para beber un poco. Hubo un momento en el que un grupo de fans fue corriendo hacia los chicos cual leona en celo, querían hacerse fotos, hablar con ellos, que les firmasen autógrafos, etc. Nosotras mirábamos la escena perplejas sin parar de reír, recordando aquellos momentos en los que fanguirléabamos y nos volvíamos locas como ellas o incluso más.
Llegó la hora de irse a comer, así que nos fuimos al apartamento a arreglarnos, íbamos a ir a un sitio fino y los chicos invitaban, como los caballeros que eran.
Cuando terminamos, María, Belén y yo nos habíamos puesto unos vestidos veraniegos monísimos, y los chicos se habían puesto trajes para la ocasión, aunque tenían un punto informal arrebatador.

La comida estuvo buenísima, aunque los precios no eran aptos para cardíacos, nos habíamos pasado siete pueblos y nos daba pena que tuviesen que pagar tanto dinero, pero a pesar de nuestras muchas súplicas por ayudarles a pagarlo, hicieron caso omiso y lo pagaron ellos todo.
Después de esto, fuimos a dar un paseo por Marbella, para bajar la comilona que nos habíamos pegado.
Llegamos a casa a las tres y media de la tarde, así que decidimos echarnos la siesta antes de ir a la bolera y salir por la noche, plan del que los chicos nos pidieron opinión para llevar a cabo, a lo que nosotras dimos el visto bueno. María y yo juntamos las camas de nuestra habitación y allí dormimos con Belén cómodamente. Alrededor de las cinco oí la vibración de su móvil, yo tenía el sueño muy ligero, así que ya que ninguna se levantó a cogerlo, yo lo hice.
*Conversación telefónica*
-¿Sí?- dije yo en bajito para no despertar a nadie.
-Hola, ¿Belén? - contestó una voz que creí reconocer.
-¿Danielle? - dije yo peligrosamente alto, de lo que rectifiqué al instante. -No, está durmiendo, soy Clara ¿qué tal, hay nuevas noticias?
-¡Ah, hola Clara! Pues sí mira, siento decírtelo ahora, pero me lo acaban de comunicar a mi, tenemos el vuelo mañana a las dos de la tarde y me preguntaba si podríais venir a recogernos al aeropuerto.
-¡Claro que sí! -no sé por qué lo dije tan convencida, estaba emocionada pero ¡estábamos en Puerto Banús!- ¿Llegaríais sobre las cuatro, no es así?
-Sí, así es - dijo ella feliz
-Vale, pues a las cuatro estaremos allí mañana, un beso - dije yo emocionada
-De acuerdo, muchas gracias Clara, un beso.

Colgamos, y no pude contenerme, así que desperté a las chicas y las conté todo con cuidado de no gritar para no levantar sospechas en los chicos, tuvimos suerte de que no se despertasen, porque dimos algún que otro grito de felicidad.
Nos empezamos a preparar para ir a la bolera: camisetas que nos permitiesen movernos fácilmente, shorts vaqueros y zapatillas de deporte muy cómodas.
Los chicos se despertaron y se sobresaltaron al vernos ya vestidas y listas.
-Oh Dios mío, ¿qué hora es ya? - dijo Liam con una sonrisa avergonzada
-Las seis y media chicos, creo que nos hemos pasado durmiendo - Dijo Zayn al mirar a su reloj, y después soltó un leve risa. Nadie sabe lo enamorada que estaba de él.
-Qué vergüenza...- dijo Harry bostezando
-Bueno pues vamos a prepararnos, no hagamos esperar a estas señoritas - dijo Lou, y nosotras nso reímos.
-Sí - dijo Niall también riéndose, y los cinco se esparcieron por la casa, dispuestos a vestirse, peinarse, etc. en tiempo récord.
Mientras tanto, nosotras nos quedamos en el sofá hablando sobre qué clase de excusa convincente nos inventaríamos para contarles a los chicos y poder salir de allí a la mañana siguiente. Qué ilusión nos hacía, ¡íbamos a conocer a las preciosas Eleanor y Danielle!

En apenas veinte minutos, los cinco estaban listos para irnos a la bolera. Estuvimos allí alrededor de tres horas, ya que jugamos la partida que teníamos reservada, los chicos firmaron autógrafos a varios grupos de fans y cenamos en el restaurante italiano de al lado, me encantaba esa comida. En resumen fue una tarde muy entretenida. Cuando volvimos, nos duchamos para salir. Lo malo es que sólo había dos baños en casa, y tardamos una eternidad. Para matar el tiempo me puse a ver la tele mientas observaba cómo todos entraban y salían de los baños, con ganas de que llegara mi turno.

Aunque parezca mentira, esa noche no nos apeteció beber a ninguno de los ocho, y solo dos grupos pequeños de fans se acercaron a hablar con los chicos. No sé si fue por lo que pasó esa noche o por qué motivos, pero me pareció que todo salió a la perfección.
Una agradable sorpresa surgió cuando el DJ del pub puso More Than This, aquella preciosa y perfecta canción del primer álbum de los chicos, Up All Night. El DJ dijo "esta canción está dedicada a todas las parejas, disfrutadla y bailad lento." Al oír esto, Niall sacó a María a bailar mientras los demás nos quedamos sentados escuchando la canción emocionados. María y Niall parecían la pareja perfecta, bailando allí en medio de la multitud. Algo me abstrajo de mis pensamientos; era Zayn, se acababa de levantar y poner allí, delante de mi. Todos le observamos y miró a los demás con una sonrisa en la cara, y ellos se la devolvieron. Niall hizo lo mismo, y le asintió con la cabeza.
-¿Quieres bailar? - no podía creerlo, sus labios habían formulado la pregunta que yo tanto deseaba oír. El corazón se me aceleró, levanté la cabeza y encontré aquellos ojos color miel que tan loca me volvían. Estuve un instante sin responder, sin articular palabra, hasta que logré, entrecortadamente, decir:
-Claro.
Fuimos a la pista de la mano. Él parecía tranquilo, aunque le notaba algo diferente, pero yo estaba literalmente al borde del infarto.
Puso sus manos en mis caderas, y yo coloqué las mías en sus hombros. Me empecé a tranquilizar.
-Gracias por sacarme, Zayn. Me ha encantado. - dije mientras bailábamos al compás de More Than This.
-Me alegro de haberlo hecho, tenía muchas ganas y la dedicatoria del DJ me ha convencido. - Me quedé sin palabras, no podía creer lo que acababa de oir. Seguimos bailando allí, agarrados y en silencio, intentando parar el tiempo, dejando que la música expresara lo que con palabras nosotros no podíamos.
De repente, Zayn se puso a cantarla en susurros, yo cerré los ojos y sonreí, en esos instantes no necesitaba absolutamente nada más para vivir... Desgraciadamente, More Than This no era eterna, y terminó. Nosotros nos miramos y sonreímos antes de volver juntos a donde estaban los demás sentarnos. Nunca olvidaré esa noche.

María, Belén y yo volvimos al apartamento delante de los chicos, a una distancia prudente para que no oyesen que las estaba contando todo lo que había pasado en el pub. Oíamos sus voces por detrás, pero no hicimos caso, nosotras estábamos envueltas por lo que acababa de pasar.
Cuando terminé de contárselo, tuvimos que disimular la emoción si no queríamos que los chicos se enterasen, aunque apuesto lo que sea a que algo sospechaban.

Al llegar a casa, todos quisimos quedarnos afuera menos Niall, que quería irse ya a dormir. Era comprensible, llevábamos un día de lo más ajetreado. Entonces Zayn comenzó a despeinarle riéndose y diciendo:
-Venga hermano, quédate, mira qué a gusto se está.- Niall, que todavía no había dejado la bandolera donde llevaba las llaves, empezó a pelearse con él. Los demás nos pusimos a reírnos, parecían dos niños pequeños.
Mientras veíamos esto, Ziall hicieron un extraño movimiento que hizo saltar la bandolera por los aires, y desafortunadamente calló a la playa, menos mal que estaba cerrada. Todos nos quedamos petrificados. Zayn cogió el farolillo que estaba colgado en la pared y y me pidió que le acompañara ya que era quien más cerca estaba de él. Yo me quité los tacones y salí descalza corriendo a su lado.
En la playa, la única luz que se veía era la que Zayn llevaba en la mano, por lo que no pudimos separarnos.
Yo estaba nerviosa, nunca había estado a solas con ninguno de los cinco, y tener su presencia tan cerca de mí me hacía sentir esto. Y más siendo Zayn, me estaba enamorando locamente de él. Aún sabiendo que nada pasaría entre nosotros, y aunque llevásemos viviendo casi dos perfectos meses los ocho juntos, no me conseguía acostumbrar a esto.
-¿Ves algo parecido a la bandolera? - dijo Zayn con una sonrisa. Intuí que lo hacía queriendo matar el silencio.
-No, no veo nada - me reí con los nervios haciéndose una dolorosa bola en mi estómago-. ¿Y tú?
-Yo tampoco... Creo que tendremos que coger esa barquita de ahí - dijo señalando una minúscula lancha amarrada con cuerdas a las rocas - y navegar por la costa para ver si la encontramos flotando, ¿qué te parece?
- ¿Pero tú sabes controlar eso? - dije yo risueña - pensaba que tenías miedo del agua.
-No debe ser muy difícil... ¿no? - Dijo él mirándome sonriente.
-Bueno, vamos a ver qué pasa... A lo mejor te tengo que enseñar a nadar - dije yo, y él se puso a reírse con esas carcajadas suyas tan características, era contagioso. Me cogió por los hombros y me dirigió hacia la pequeña lancha.
Íbamos a unos quince metros de la orilla, con la mirada atenta en busca de la bandolera, pero no se veía casi nada. Pensé que Zayn me había tomado el pelo, porque se le daba bastante bien manejar la lancha. Supuse que habría aprendido para poder ir por el mar sin tocar el agua, lo que me hacía gracia, y a la vez me transmitía mucha dulzura. Yo solía quedarme anonadada mirando a Zayn mientras él miraba hacia alante para manejar la barca, pero unos extraños ruidos en el motor me hicieron volver al mundo real. Zayn y yo nos miramos con cara de espanto, "¿cómo vamos a salir de aquí si Zayn no sabe nadar?" pensé aterrada, pero él estaba... ¿cómo decirlo?, ¿tranquilo, feliz, quizá nervioso? No pude descifrar sus pensamientos, hasta que él interrumpió los míos.
-Al fin.
-¿QUÉ? - grité yo, finalmente los nervios me habían saturado.
-Tranquila, todo va a salir bien. - dijo en susurros, sentándose a mi lado y abrazándome. Le hice caso; sentirle cerca, tan cerca, su respiración calmada, su olor tan perfecto e inconfundible... La suma de estos factores me ayudó a aclararme las ideas, y le abracé, muy fuerte, lo más fuerte que me fue posible para ayudarle a no frustrarse debido a la situación, aunque está claro quién de los dos estaba más nervioso.
-Te quiero. - esto fue lo que me hizo enmudecer y levantar la cabeza para comprobar si las palabras que acababa de oír eran reales o me estaba volviendo loca. Allí, apoyada en su pecho, mirando esos perfectos labios y esos infinitos ojos, es donde me di cuenta de que lo que acababa de escuchar era totalmente real, palabras brotadas de la boca de Zayn... dirigidas a mi.
-¿Cómo? - logré decir, quería oírlo una vez más.
-Clara - amaba oír mi nombre con su acento -, no sé si lo has notado, pero desde que te conocí he intentado protegerte, he intentado llamar tu atención, hacerte ver que... - no podía creer que se le entrecortasen las palabras hablando conmigo, y ni mucho menos que me estuviese diciendo esto a mí, debía estar soñando. - te quiero, con todo mi corazón. Te adoro.
Seguíamos abrazados, yo apoyada en su pecho, sin articular palabra.
-Zayn. ¿me lo estás diciendo en serio? - miré hacia abajo ya que no pude seguir aguantando esa penetrante y perfecta mirada. Mi oreja quedó de tal manera que podía oír los latidos de su corazón, que se habían aligerado repentinamente. Me encantaba esto.
-Nunca he dicho nada más en serio, vida mía, cada día me despierto dando gracias por haberte conocido, por estar pasando este maravilloso verano junto a ti, y pidiendo que no se acabe nunca... Y he de decirte algo... Todo lo que ha pasado hoy, absolutamente todo, lo habíamos planeado entre todos -soltó una pequeña risa, entre pícara y vergonzosa, y yo sentí que me iba a desmayar, aunque por suerte no lo hice -, me han ayudado muchísimo, porque saben lo que siento por ti.
-No puedo creerlo... - Sonreí, sonreí como nunca, esto era de locos. Ahora ya sé lo que siento por él, lo sé con toda certeza... Le amo, le amo más que a nada en esta vida, daría cualquier cosa por él. Pero... ¿que acababa de pasar, qué acababa de decir? ¿te quiero, vida mía, todos saben lo que siento por ti? ¿Qué, todos, las chicas también? Increíble. Necesitaba procesar la información. - Eres increíble Zayn, lo siento por no decir nada, no tengo palabras - solté una risita tonta de la que me avergoncé al momento- ¿lo habíais planeado todo?
-Sí, lo del pub, la caída de la bandolera, la lancha, su rotura... todo -sonrió-. Los chicos y las chicas me han ayudado mucho, y han guardado el secreto perfectamente.
Nos quedamos así, sentados en la barca mirándonos a los ojos en silencio, un silencio que me hizo preguntarme "¿quién necesita el paraíso teniendo esto?".

Zayn me tomó de las manos y fue acariciando la piel de uno de mis brazos, haciendo que lentamente me acercara cada vez más a él. Esa mano terminó en mi cuello, y sin apenas darme cuenta, nuestros labios se juntaron. Cerré los ojos intentando guardar ese beso bajo llave en lo más hondo de mi alma.
Puse mis manos en la parte posterior de la cabeza de Zayn. Su lengua buscaba a la mía, así que hice que la encontrara. Al principio las dos se juntaron lentamente, fue mágico, y se movieron con pasión al final. Separé mis labios de los suyos, necesitaba oxígeno.
Nuestras caras quedaron separadas por pocos pero espesos centímetros. Acerqué la mía a su cuello y le di un pequeño beso, se le erizó la piel y sentí su aliento en mi nuca. Sonreí a causa de esto, y noté cómo él también lo hizo. Me abracé a él, posando mi cabeza en su hombro.
-¿Qué ha significado esto, Zayn?- dije susurrando. Estaba muy feliz, pero confusa por si sólo había sido una confusión mía y la había cagado, quería asegurarme.
-Significa que no Clara, que no te quiero -mi corazón se rompió en mil pedazos. Por suerte, siguió hablando-, sino que te amo -¡la adrenalina casi me da un vuelco al corazón!-, y aunque suene empalagoso, estoy seguro al cien por cien de querer pasar el resto de mi vida junto a ti... Pero tengo miedo de que no me correspondas -mi vida cambió en ese mismo instante. Ahí, en ese preciso momento, es cuando aprendí el significado de la palabra 'felicidad'-.
-Zayn, te conozco desde hace cuatro años, y desde el momento en que te conocí, me encantaste. Me enseñaste que si sueñas a lo grande, tus sueños finalmente se cumplen... Y el mío lo acaba de hacer -me quedé en silencio, quería decírselo, así que junté toda la valentía y la fuerza de mi corazón y lo hice-. Te amo Zayn, mucho más de lo que tú puedes llegar a imaginar, estos meses a vuestro lado, a tu lado, han sido los mejores que he vivido jamás. Te amo.
Cuando terminé, me acercó a él y me abrazó con fuerza pero sin hacerme daño, con esa dulzura característica suya. Al fin hizo la pregunta.
-¿Quieres darles esta noticia a los demás?
-Claro, claro que quiero mi amor... Que se entere el mundo entero de que nuestras vidas ya no son dos, sino una.
Nuestros susurros se convirtieron en respiraciones agitadas, y más tarde en risas y sonrisas. Zayn puso sus manos en mi cuello y nos fundimos en un apasionado y tierno beso, le amaba.
Después de varios intentos, la lancha volvió a funcionar, y nos llevó a la orilla. Al bajar de ella, inesperadamente me caí y se me empapó todo el vestido, ¡dios mío qué vergüenza! Me puse a reírme, no sabía qué hacer. Zayn me ayudó a levantarme caballerosamente y después de preguntarme si estaba bien, a lo que asentí, empezamos a reírnos a carcajadas.

Todos estaban esperándonos en la terraza, supuse que habrían estado mirando, aunque lo único que vieron habría sido la luz del farolillo. Al verlos allí, noté cómo me empezó a arder la cara, lo que significa que me puse como un tomate, tenía el vestido chorreando. Los miré a todos, uno por uno, que me correspondían con una sonrisa tranquilizadora, qué grandísimas personas. Miré al suelo, a mi vestido y pelo empapados, a nuestras manos cogidas, y finalmente a Zayn, a su perfecto pelo y a cada una de las perfectas facciones de su cara.
-Gracias, gracias por todo, sois los mejores -dije dirigiéndome a los demás-. No sabéis cuánto significa esto para mí. Os juro que no os vais a arrepentir de lo que habéis hecho -sonreí de pura felicidad, abracé Zayn y le besé con amor ante las felices miradas de nuestros grandes amigos.
María y Niall se abrazaron mientras nos miraban, y vi una furtiva mirada entre Harry y Belén, ojalá se juntasen cuanto antes y tuviesen nuestra suerte. Fui hacia las chicas y las tres nos dimos un gran abrazo.
-Sois unas putillas -dije en español riéndome-, pero sois las mejores putillas del mundo. Sin vuestra gran actuación, nada de esto habría pasado. Os quiero.
Después cogí a Liam, Louis, Niall y Harry en un fuerte abrazo y dije:
-Sois realmente los mejores, no sé cómo agradecéroslo chicos, os quiero muchísimo -tuve que aguantar las lágrimas-.
-No tienes que agradecérnoslo Clara. Gracias a vosotras por todo lo que estáis haciendo por nosotros, por acojernos en casa, por apoyarnos en todo como grandísimas directioners... Vosotras sí que sois las mejores -dijo Liam-.
-Nunca olvidéis eso -dijo Niall sonriendo-.
-Vosotras ya formáis parte de nuestras vidas -dijo un profundo Harry-.
-Gracias chicos, somos las personas más afortunadas de teneros a nuestro lado. -fui hacia Zayn y le volví a besar.
-Ejem, ejem -Lou quería llamar nuestra atención. Miramos hacia él y para mi sorpresa, sacó las llaves de su bolsillo. Yo me quedé atónita y todos nos empezamos a reír.

-Parejita, ¿queréis dormir juntos? Tenéis el cómodo sofá todo para vosotros. -dijo Harry con voz pícara al entrar en casa. Otra vez me sonrojé, y vi que Zayn me estaba mirando, lo que me avergonzó todavía más, pero parecía saber lo que pasaba por mi cabeza.
-Sí, vamos a DORMIR juntos en el sofá, ¿te parece bien, doctor Amor? - puso mucho ímpetu en 'dormir'. Nos reímos, pero después Zayn se puso serio y los demás entendieron que por ahora, lo único que necesitábamos era eso, dormir juntos. Sonreí por enésima vez en el día, parecía mentira que me conociese tan bien.
-Claro, eso es lo que he dicho, malpensados -su sonrisa ahora denotaba diversión y comprensión al mismo tiempo.
-No te preocupes Hazza, vamos a estar bien -dije yo bromeando.

Me puse mi pijama de verano en la habitación con las chicas y las conté todo lo que había pasado.
-¿Y esta noche qué, va a haber fiesta? -dijo Belén divertida, en ese momento pensé que era la media naranja de Harry, no sé cómo todavía no estaban juntos.
-Tía no te pases, son novios desde hace menos de una hora -dijo María
-No, no va a haber "fiesta". Sólo vamos a dormir juntos. Queremos sentirnos cerca, sentir nuestro amor, que sin sexo también se pueden sentir esas cosas -dije yo seria-. Chicas lo sabéis mejor que nadie, le amo, y quiero ir con pasos firmes pero seguros. No quiero separarme de él jamás -sonreí y las abracé, no sé qué haría sin ellas-. Buenas noches amores -las di un beso en la mejilla a cada una y salí de la habitación.

Volví al salón y allí, sentado en el sofá, estaba mi novio -increíble saber que podía llamarle así, qué ilusión me hacía- esperándome con la televisión encendida. Se había puesto una camiseta gigante de basket y unos calzoncillos de ositos. Al ver esto, no pude evitar reírme. Hasta con ellos estaba totalmente sexy, con ese punto adorable a su favor.
-Muy bonitos, sí sí, me gustan -dije pellizcándolos
-Sabía que te gustarían -dijo sonriendo, un poco sonrojado-. Ven, siéntate. - Le di un beso, me puse a su lado, me recosté sobre él y me pasó el brazo por los hombros.
Estuvimos hablando de nuestras vidas en el pasado, de cómo era todo antes de conocernos, etc. No le hacíamos mucho caso a la tele, así que la apagamos y encendimos la pequeña lamparita que había sobre la mesa.
Me entró sueño y se lo dije. Él apagó la lámpara. Me cogió de la cintura y me dio un dulce beso.
-Para siempre -susurró. Le miré a los ojos entre la tenue luz que llegaba de la calle y dije:
-No lo dudes, mi amor.- Le besé otra vez, sus besos eran adictivos.
-Buenas noches, mi pequeña.
-Hasta mañana -dije yo, antes de dormirme abrazada a él con una sonrisa dibujada en mis labios.

1 comentario:

  1. Hola soy nueva lector y diossss me ha encantado lo que llevas echo *___* Me gustaria que me avisaras cuando subieras capitulo porfa ;) Mi cuenta de twitter es @mydoncasterswag sigueme y avisame por ahi ;) Felicidades por la novela La AMO

    ResponderEliminar